Una rutina se refiere a las cosas que suceden con regularidad, generalmente a diario. Una rutina puede consistir en cualquier actividad, desde desayunar, leer el periódico y salir a caminar, y puede utilizarse para completar tareas en un orden determinado; por ejemplo, por la noche puede comenzar en el baño cepillándose los dientes y luego continuar en el dormitorio para vestirse y acostarse.
Al establecer una rutina para su ser querido, procure incluir actividades que beneficien tanto su bienestar físico como mental. Puede incorporar varias rutinas diferentes a lo largo del día o la semana; no es necesario que sean exactamente iguales, pero mantenerlas lo más regulares posible será de gran ayuda para una persona con demencia. Ya hemos hablado de algunos de los principales beneficios de las rutinas diarias para quienes viven con demencia.
Reducción de la ansiedad
La familiaridad reconforta y tranquiliza. Las personas con demencia responden bien a la rutina, ya que les permite saber qué esperar cada día, lo que reduce la posibilidad de que se confundan o se sorprendan ante lo que sucede. La sensación de certeza es tranquilizadora y puede ayudar a disminuir la ansiedad y el estrés.
Mantener las capacidades
Practicar una actividad con regularidad aumenta la probabilidad de conservar la habilidad. Al incluir ejercicio y actividad mental en la rutina diaria de su ser querido, se asegura de que utilice estas habilidades con frecuencia. La regularidad y la repetición de una rutina hacen que sea probable que mantengan sus habilidades durante más tiempo.
Independencia
Una rutina predecible puede evitar que una persona con demencia se distraiga y se confunda sobre lo que está haciendo. Mantener una rutina estructurada puede ayudar a que se convierta en parte de la vida diaria de su ser querido y, por lo tanto, fomentar su independencia.
Al realizar las mismas tareas todos los días de forma independiente, su ser querido podrá mantener su independencia durante más tiempo, y al practicar las acciones con regularidad podrá ayudar a que se consoliden en la memoria a largo plazo.
Ajuste de rutinas
Establecer una rutina es excelente, pero surge la pregunta de qué ocurre cuando esta se interrumpe o necesita ajustarse. A medida que su ser querido avanza en su proceso de demencia, es posible que deba simplificar o modificar las tareas de su rutina. Asegúrese de estar atento a cuándo es necesario realizar estos cambios e introdúzcalos gradualmente en lugar de desviarse bruscamente de la rutina.
También puede haber ocasiones en que surja algo inesperado, como una cita médica. Por eso, es importante ser flexible y reservar tiempo para actividades imprevistas. Si se tiene un tiempo libre para estas actividades, se puede asegurar que el resto de la rutina se mantenga. Adapta la rutina a tu ser querido y evita forzarle a realizar actividades a las que no esté de acuerdo. No tienes que hacer algo solo porque sea parte de la rutina; sé flexible y flexible.
