La demencia puede tener un gran impacto tanto mental como físico en la persona afectada y en su cuidador, ya que las tareas cotidianas se vuelven más difíciles. Una persona con demencia puede irritarse con facilidad al tener que afrontar los diversos cambios propios de esta enfermedad.
Como familiar o cuidador, tal vez no sepa cómo ayudar, pero comprender las causas comunes de agitación es el primer paso. Al conocer los desencadenantes comunes, puede ayudar a las personas con demencia a reducir su agitación y evitar situaciones potencialmente estresantes.
Estas son algunas de las causas más comunes de agitación y frustración en las personas que viven con demencia.
Cambiar
Una rutina puede ser de gran ayuda para una persona con demencia, ya que le proporciona estabilidad en un mundo incierto. Las comidas, los paseos, los baños y otras tareas diarias deben tener un horario fijo cada día. Sin embargo, no siempre es posible mantener esta rutina. Los horarios suelen complicarse durante las fiestas, y las citas médicas pueden ser impredecibles y poco frecuentes.
Para ayudar a tu ser querido a reducir la agitación cuando la rutina cambie por cualquier motivo, recuerda explicarle qué está sucediendo, qué harás y por qué. Puedes decirle qué esperar y asegurarle que estarás a su lado. Ten paciencia si te pide que repitas las cosas varias veces. También puedes buscar actividades que le brinden apoyo cuando se sienta inquieto , lo que puede facilitar las transiciones.
Miedo
A medida que la demencia avanza, una persona puede llegar a no reconocer su entorno ni a las personas que la rodean. Enfrentarse a entornos nuevos y desconocidos puede resultar abrumador para alguien con demencia.
Este miedo puede provocar agitación mientras intentan comprender qué y quién les rodea, y mientras intentan determinar si se encuentran en un lugar seguro.
Como cuidador o familiar, debes validar sus sentimientos de miedo e inseguridad. Con voz tranquila, asegúrales que estás ahí para protegerlos y que estarás con ellos hasta que se sientan seguros. También puedes intentar proponerles un juego o realizar alguna actividad que disfruten para ayudarles a distraerse del miedo.
Fatiga
Las personas con demencia suelen experimentar confusión respecto a lo que ocurre a su alrededor. Pueden estar intentando recordar quién eres, dónde están y qué se supone que deben hacer, lo cual requiere un gran esfuerzo mental. Como consecuencia, es común que se sientan agotadas física y mentalmente, lo que a su vez puede contribuir a la agitación.
A medida que una persona avanza en su proceso de demencia, también puede experimentar el síndrome vespertino, lo que puede aumentar la sensación de cansancio.
Para ayudar a combatir la fatiga, asegúrese de que haya buena iluminación en la habitación de su ser querido durante el día y esté atento a las señales de que no duerme bien; intente corregirlas. Puede que haya demasiado ruido por la noche o incluso demasiada luz en su dormitorio. Evite darle estimulantes como bebidas con cafeína por la tarde o noche para favorecer un mejor descanso nocturno. También permítale tomar una siesta durante el día para que pueda descansar si lo necesita.
Aburrimiento
Cuando se vive con demencia, sigue siendo importante contar con estímulos mentales y personas con quienes interactuar para dar sentido al día. Tener acceso a actividades ayudará a reducir la sensación de inquietud o soledad.
Para mejorar la situación, propóngase hacer algo con su ser querido. Busque maneras de captar su atención; por ejemplo, ¿se anima con los bebés o los animales? ¿Le gustan las actividades artísticas? Participar en actividades significativas, estimulantes y divertidas es una excelente manera de combatir el aburrimiento y prevenir la agitación. Considere actividades táctiles y ejercicios relajantes para estimular los sentidos y favorecer la relajación.
Malestar físico
La demencia a veces puede dificultar la comunicación y, como resultado, es posible que no sepa cuándo su ser querido está sufriendo, lo que puede resultar muy frustrante para él.
Si observa señales de malestar, pregúntele a su ser querido al respecto y preste mucha atención a las palabras que utiliza, ya que la demencia puede afectar su capacidad para describir la situación con precisión. En lugar de preguntar cómo es el dolor en una escala del 1 al 10, observe su lenguaje corporal. También puede usar tarjetas con imágenes si la comunicación se dificulta. Al identificar la causa principal de su malestar físico, puede ayudar a su ser querido a sentirse mejor y reducir la agitación.
Estos factores son solo algunos de los muchos que pueden provocar agitación en una persona con demencia. Al prestar mucha atención a su comportamiento, a menudo se puede identificar el motivo de su frustración y ayudar a eliminar la causa por completo.
